Copyrights @ Journal 2014 - Designed By Templateism - SEO Plugin by MyBloggerLab

dijous, 21 de gener del 2016

10 RAZONES PARA ABANDONAR EL CONSUMISMO

Aunque tratemos de no ser consumistas en la vida moderna es necesario consumir algo. Después de todo, vivir significa consumir. ¿Dónde habría que trazar un límite para el consumismo sin dejar de tener una vida adaptada y saludable?
El consumismo se vuelve excesivo cuando se extiende más allá de lo que es necesario. El consumismo excesivo nos promete la felicidad, pero nunca llegamos a encontrarla. Ya ha llegado la hora de dar un paso al lado y darnos cuenta de que este consumo excesivo no está cumpliendo con la felicidad prometida. El consumo es necesario, pero el consumo excesivo no. Podemos vivir de mejor manera nuestra vida y disfrutarla más si decidimos rechazarlo.
Esta lista muestra 10 beneficios prácticos que se generan a la hora de escapar del consumo excesivo: 

1.- Menos deudas
2.- Más tiempo para nosotros mismo
3.- Un menor deseo de cambiar nuestro estilo de vida. 
4.- Menos impacto al medio ambiente
5.- Una menor necesidad de seguir las nuevas modas
6.- Menos presión para impresionar a los demás con tus posesiones materiales. 
7.- Más generosidad.
8.- Más felicidad.
9.- Una mejorada habilidad para reconocer las promesas vacías.
10.- Logras darte cuenta de que este mundo no es sólo material. 
                                                                                                                  Fuente: upsocl.com

                   

CONSUMISMO: ¿REALMENTE NECESITAMOS TANTAS PORQUERÍAS?

¿Eres más feliz por haber comprado ese nuevo gadget del que tanto se hablaba? ¿O ya lo has olvidado y estás pensando en tu nueva adquisición? ¿Esto que te has comprado te ha dado algo más que una felicidad pasajera?
Hace no mucho tiempo, no era necesario tener muchas cosas para ser feliz, con tener la barriga llena, un techo dónde poder dormir y un poco de calor para no tener frío en invierno, el ser humano ya tenía todo lo que necesitaba para ser feliz. Pero, con el tiempo esto cambió, ahora, tenemos que tener algo más que tan sólo cubrir nuestras necesidades básicas para ser feliz o para estar bien con uno mismo. Siempre se quiere tener más, adquirir lo último, lo mejor y lo que está de moda. 
La sociedad ha cambiado mucho, los avances tecnológicos consiguieron que el precio de tus necesidades básicas bajaran y nació una nueva necesidad de los mercados ya que, cuando tú tienes la barriga llena ya no necesitas más alimentos o, cuando ya tienes un techo para poder dormir, no es necesario tener otro... pero, con estos limitantes ningún mercado puede enriquecerse. Entonces, se necesitó encarar los mercados hacía otros sitos ya que si hay un límite de bienes imprescindibles, entonces, había de crearse la necesidad de tener más Así nació el CONSUMISMO.
Consumir está bien, pero consumir desmesuradamente no está tan bien. "El Compro, luego existo en cambio del Pienso, luego existo". Hay personas que tienen la necesidad de cambiar por ejemplo sus telefónos móviles de manera constante ya que tienen miedo a perder su estatus social. Eso es lo que obliga a muchísimas personas a hacer largas colas por ejemplo para tener el último iPhone del mercado. Y así, es como se nos obliga a comprar algo antes de pensar si lo necesitamos.
Hay gente que atribuyen la necesidad de consumir con la falta de identidad, de realización personal... El consumismo, comprar por comprar es una necesidad social o almenos así nos lo han hecho creer.  Lo peor de todo es que ha quedado demostrado que la felicidad no se puede comprar, o almenos de momento. La publicidad nos tiene durante muchos años (y continua haciéndolo) persiguiendo para que compremos, trabajando en trabajos que no nos gustan o que odiamos para simplemente poder comprar esas cosas que seguramente no necesitemos. Y esto, las empresas lo saben.
Pero, ¿cómo puede ser que suceda todo esto si los seres humanos somos seres pensantes? Está comprobado que la principal causa del consumismo es la baja autoestima que uno puede tener. Según un estudio de la Universidad de Chicago, hay una relación entre la baja autoestima y el materialismo, comprar cosas por comprar, que no necesitas y, así, te sientes mejor contigo mismo. Por ejemplo, tú tienes baja autoestima y te compras alguna cosa, esta adquisición, con el tiempo, te genera más baja autoestima y te obliga a comprar otra. Y así, se forma un círculo muy vicioso.

Fuente: www.neoteo.com

dimecres, 20 de gener del 2016

LA SUPUESTA RELIGIÓN DE APPLE


Actualmente Apple se ha convertido en una de las empresas más poderosas del mundo, siendo hasta comparado con una religió. El consumiso es el dios y cada año esperamos ansiosos su santo: el esperado anuncio del nuevo iPhone.

Pero como muchas divinidades, Apple no es del todo sincero con sus fieles y los manipula para seguir consiguiendo sus ofrendas. Una de las maneras más evidentes en que hace esto es crear unos móviles con diseños ligeros y minimalistas y que parecen que sean muy innovadores. Estos productos prometen siempre nuevas funciones, las cuáles te van sirviendo de dosis en dosis, y ante todo este frenesí geek, tú no te quieres quedar atrás. No quieres dejar de tener un aparato que tome buenas fotos como el de tus amigos, o el de todo el mundo (ya que Apple con su marketing te hace pensar que todos deberíamos tener éste genial móvil), y con toda esta situación se te hace una necesidad comprar el nuevo iPhone, aún que el que tengas funciona perfectamente. 

Apple no es la única empresa que crea un ambiente para fomentar la venta y el consumismo, además de eso, su consumismo es planificado. No quieren diseñar iPhones de mala calidad y que con un periodo corto de tiempo se echen a perder, ya que eso afectaría sus ventas. Pero lo hacen de una manera más sutil: con el software. 
¿Cómo puede ocurrir esto? Apple cada poco tiempo anuncia su nuevo producto, y un año después de comprarlo ya notas que es inadecuado, empezará a tener problemas de software y aparte de esto, ya no será el más coolSegún Sam Biddle en Gawker, “los productos de Apple no sólo tienen corta duración –en realidad están diseñados para alentarse, exacta y convenientemente, cuando los nuevos modelos aparecen. Esto es lo que se conoce como “obsolescencia planeada”. Catherine Rampell para el New York Times:
Primero pensé que se trataba de mi imaginación. Alrededor del tiempo en el que el iPhone 5S y el 5C fueron estrenados, en septiembre, noté que mi viejo iPhone 4 se volvía más torpe. La batería se empezaba a acabar más rápido, también. Pero lo mismo le pasó a muchas personas, que, como yo, defienden a muerte los productos de Apple. Cuando busqué a un analista de tecnología, me dijo que el sistema operativo (iOS7) que estaba siendo promovido hacía los modelos más viejos insoportablemente lentos. Las baterías de Apple, que tienen un número finito de cargas en ellas, estaban siendo drenadas por el nuevo software. Así que podía pagar 79 dólares a Apple para reemplazar la batería o quizás gastar otros 20 dólares y comprarme un iPhone 5C. Al parecer Apple estaba mandándome un mensaje no tan sutil para que me actualizara.

Otros ejemplos serían: cuando Apple dio a conocer el iOs 4, dejó totalmente en la ruina al iPhone 3G, del cuál ya había vendido millones de unidades en su primer fin de semana. Los usuarios del móvil mencionado anteriormente, describían que el software de su móvil ya iba mal. La primera letra del teclado se quedaba congelada, imposibilitando algo tan sencillo como hacer un simple texto. También se incrementó las apps para ios 4, pero solo hacían que disminuir en el iOs del iPhone 3G. 

Evidentemente una forma de contrarrestar estas pequeñas manipulaciones es no actualizar los programas cada vez que se presenta la "oportunidad", y resistir a los supuestos beneficios del nuevo sistema operativo. Aunque esto sólo es posible hasta un cierto punto, ya que todo se te vuelve incompatible. Así que esta resistencia es poco significativa. 
Se dice que la religión es el opio del pueblo, lo mismo se puede decir de la tecnología cuando nos provoca respuestas automatizadas y nos pastorea a sus vitrinas y a sus hipnóticas pantallas.

Fuente: http://pijamasurf.com/2015/03/apple-arruina-a-proposito-tu-iphone-para-que-compres-otro-o-la-conspiracion-del-consumismo/




CONSUMO ALIMENTARIO

Hoy en día es muy fácil y relativamente económico acceder a cualquier tipo de bien. Debido a la actual sociedad consumista y desperdiciadora no siempre consumimos de manera responsable y nosotros queremos ayudar a nuestros lectores a evitar este consumismo sin sentido.
Por esta razón, proporcionamos a los usuarios unos criterios de consumo en alimentación que les orientarán en la compra de alimentos y les ayudaran a hacer un consumo más responsable de estos.

1. Infórmate de lo que compras: 
Es necesario saber el origen de los alimentos que consumimos, tanto en lo relativo a la forma de producirlos  como en las condiciones.
2. Defiende los derechos del consumidor/a: 
Para saber nuestros derechos como consumidores/as y exigir que se cumplan, se puede contactar con  asociaciones de consumidores/as.
La publicidad engañosa se puede denunciar.
3. Cambia tus hábitos de consumo:
La alimentación tiene una parte directa con nuestra salud, por lo que es muy importante consumir una dieta equilibrada y sana y libre de tóxicos.
Consume alimentos de temporada de cultivos autóctonos, prioriza la compra de alimentos frescos y compra en mercadillos, pequeños comercios de pueblos y barrios de las ciudades, que permiten mantener viva la economía local.
4. Elige productos y servicios cercanos, locales
Prioriza los alimentos frescos y locales, ya que se reducen los transportes de largas distancias, se potencia la producción local y se concentra la población en grandes ciudades.
5. Elige productos ecológicos
Elige alimentos procedentes de cultivos ecológicos  ya que estos respetan los ciclos vitales de las plantas, gestionan el suelo y el agua de riego y no producen contaminantes.
6. Elige productos que disminuyan la injusta distribución de la riqueza
Elige productos elaborados por gente con un sueldo digno y adecuadas condiciones laborales. En el caso de los productos de otros países lejanos, debemos comprarlos en cooperativas de comercio justo.
7. Reduce para vivir mejor
Disminuye el exceso de grasas, lácteos y proteínas animales en tu dieta, debido a los efectos sobre nuestra salud y los impactos ecológicos que generan. El excesivo consumo de carne en los países enriquecidos tiene un efecto devastador sobre el planeta y los alimentos procedentes de la acuicultura industrial (langostinos, salmón, trucha…) ocasionan graves problemas ambientales.
Evita alimentos envasados y embalados. Rechaza las bolsas de plástico de un solo uso. Reduce los alimentos procesados industriales y elimina la “comida basura”.
8. Presiona a instituciones y empresas insostenibles
Las actuales leyes del mercado, suponen el control de la alimentación mundial, lo que lleva asociado el empobrecimiento de millones de campesinos/as y el empleo precario, entre otros.
9. Colabora en proyectos de consumo crítico y responsable
Existen muchas alternativas en los que podemos participar, desde cambiar nuestro hábitos alimenticios hasta participar en grupos de consumo, colaborar en los huertos urbanos o buscar recetas de cocina con productos de temporada.
10. Construye alternativas de consumo
Crea grupos de consumo o cooperativas de producción ecológica o produce parte de tus alimentos en un huerto propio o compartido.



Fuente: letra.org


CONSUMISMO COMPULSIVO



"Me siento deprimida", "estoy angustiado", "me falta el aire, tengo que salir”, “estoy nervioso y no puedo respirar": tras estas y otras sentencias similares salimos de compras, con la certidumbre de que gastar aliviará nuestra ansiedad o disgusto. Sentimientos de ansia, tristeza, rabia, incomprensión, desatención y soledad, encuentran su vía de escape en la compra de artículos muchas veces no necesarios que nos aportan satisfacción y felicidad en el momento de su adquisición. Quizá buscamos que alguien nos haga caso y sentir que "somos alguien". Comprando nos sentimos vivos, en cierto modo importantes, y llenamos el vacío de nuestra soledad, el tedio, las tensiones y problemas, los disgustos o la incomprensión. Intentando aliviar el dolor, canalizamos nuestro enfado hacia la compra y posesión del objeto. La falta de sentido de nuestra vida, carecer de un futuro hacia dónde dirigirla, el percibirnos inútiles o innecesarios, la tristeza, la desgana, el aburrimiento, una frustración o desengaño, activan en algunas personas el deseo de comprar objetos cuya adquisición no es del todo justificable. Cuando este banal propósito se convierte en costumbre, en necesidad irreprimible, surge el problema. 

dilluns, 18 de gener del 2016

CONSUMIDOS POR EL CONSUMO

La ciudad se ha convertido en un gran hipermercado. Cada día unos mil mensajes nos incitan a comprar artículos que no necesitamos. Estamos inmersos en el consumismo que se alimenta de la influencia de la publicidad y ésta se basa en ideas tan falsas como que la felicidad depende de la adquisición de productos. Consumir quiere decir tanto utilizar como destruir. Se compra para mejorar la autoestima, para ser admirado, envidiado y/o deseado.

El peligro es que las necesidades básicas pueden cubrirse pero las ambiciones o el deseo de ser admirados son insaciables, según alertan los expertos.

Se ha realizado un estudio que ha sido impulsado desde España y según los datos un 33% de la población adulta (32% de los hombres y 34% de las mujeres) tiene problemas de adicción a la compra, de compra impulsiva y de falta de control del gasto. En cuanto a la población joven, el porcentaje de adictos sube hasta el 46% (53% de las mujeres y 39% de los hombres).

Finalmente, este estudio rompe con la idea de que la adicción al consumo sea un problema de mujeres con tendencia depresiva y desvela datos tan curiosos como que los jóvenes tienden más a la adicción en la medida en la que se creen más guapos mientras que, entre los adultos, son más consumistas aquellos que están menos satisfechos con su apariencia física. Además, desmiente la creencia popular de que las mujeres gastan más en ir de compras que los hombres.

Resumiendo, la clave frente al ambiente consumista es el autocontrol.

Fuente: http://www.elmundo.es/